La estrategia corporativa de control ideológico dicha ‘en
confianza’
Artículos
de Opinión | Rómulo Pardo Silva | 25-11-2012 |
Las grandes empresas actúan
unidas en un plan mundial para imponer sus ideas. Calificados profesionales les
entregan el cómo hacerlo. Uno de los primeros fue el exitoso abogado de
tabacaleras Lewis F. Powell, hombre señalado como maestro del ‘compromiso y el
consenso’. En agosto de 1971 envió al director de la Cámara de Comercio de los
Estados Unidos un documento que es considerado “acta de nacimiento del
neoliberalismo organizado”. Lo expuesto por Powell en “Memorando confidencial:
ataque al sistema americano de libre empresa”[1] explica el funcionamiento
programado de la libertad de pensamiento en la democracia de los capitalistas.
Algunas de sus opiniones y propuestas:
La mayoría de las libertades
esenciales norteamericanas se mantienen: la propiedad privada, el beneficio
privado, los sindicatos, la negociación colectiva, la elección del consumidor y
una economía de mercado en la que la competencia determina en gran medida el
precio, la calidad y la variedad de los bienes y servicios prestados a los
consumidores. Pero Estados Unidos ya se ha acercado mucho hacia algunos
aspectos del socialismo de Estado, en ciertos ámbitos dicha regulación y
control ya ha perjudicado gravemente la libertad de las empresas, un ejemplo es
la tributación injusta.
El sistema económico de empresa
de los Estados Unidos se encuentra sometido a fuertes ataques de personas que
optan por el socialismo estatista y, lo más inquietante, de liberales y
reformadores sociales respetables que de verdad pueden debilitar o destruir el
sistema desde los campus universitarios, los púlpitos, los medios, las revistas
intelectuales y literarias, las artes, las ciencias y la política.
Un ataque amplio y
consistente está adquiriendo fuerza y conversos. La Nueva Izquierda ha
radicalizado a miles de jóvenes. Una encuesta entre estudiantes de doce
universidades representativas señaló que “casi la mitad de los estudiantes
estaban a favor de la socialización de las industrias básicas”.
La amenaza para el sistema
empresarial no es simplemente una cuestión de economía, también es una amenaza
a la libertad individual.
El sistema “tolera o incluso
participa en su propia destrucción”. Medios de comunicación permiten que los
utilicen para esos propósitos.
El mundo empresarial ha sido
el chivo expiatorio favorito de muchos políticos durante muchos años. Hay pocos
elementos de la sociedad estadounidense de hoy en día que tengan tan poca
influencia en el gobierno norteamericano como el hombre de negocios
estadounidense. No es exagerado afirmar que, en términos de influencia política
con respecto al curso de la legislación y la acción del gobierno, el ejecutivo
de negocios norteamericano es el auténtico “hombre olvidado”.
“El papel tradicional de los
directores generales ha sido gestionar, producir, vender, crear puestos de
trabajo, realizar beneficios, aumentar el nivel de vida, ser líderes en sus
comunidades, servir en consejos caritativos y educativos y, en general, ser
buenos ciudadanos. Por cierto, han realizado esta tarea muy bien”. Sin embargo
frente al peligro la empresa ha sido apática y no ha comparecido, optando por
la contemporización, la ineptitud e ignorarlo.
El tiempo apremia y se debe
actuar.
Los ejecutivos empresariales
deben entender que el problema es su propia supervivencia y cada empresa podría
designar un vicepresidente ejecutivo con un presupuesto y personal adecuado
para contrarrestar los ataques al sistema.
La Cámara de Comercio debe
estar a cargo de la organización, planificación e implementación de la defensa
durante un número indefinido de años. Es vital.
Una tarea prioritaria de las
empresas y la Cámara en las universidades es, sin atacar la libertad académica
como principio, restablecer las cualidades de “apertura, honestidad y
equilibrio” en la comunidad académica. Debe establecerse un equipo de académicos
de ciencias sociales que crean en el sistema, de oradores de la más alta
competencia y de los defensores más capaces procedentes de los niveles más
altos del mundo empresarial estadounidense.
Un panel de académicos
independientes debe evaluar permanentemente los libros de texto de ciencias
sociales, especialmente en economía, ciencia política y sociología. Si los
autores, editores y usuarios de libros de texto saben que van a ser sometidos
—con honestidad, imparcialidad y rigor— a revisión y crítica por parte de
eminentes académicos que creen en el sistema estadounidense, se puede confiar
en un retorno a un equilibrio más racional.
Cada campus tiene sus propios
grupos formales e informales que invitan oradores. Si se extienden pocas
invitaciones para los de la Cámara debe exigir agresivamente el derecho a ser
escuchada.
Hay que insistir a los
gestores y los consejos de administración de las universidades en la necesidad
del equilibrio del profesorado. Los conceptos básicos de ‘equilibrio, justicia
y verdad’ son difíciles de resistir si se presentan adecuadamente a los
consejos de administración por escrito y oralmente, así como a través de
llamamientos a las asociaciones y grupos de ex alumnos. Este es un camino largo
no para pusilánimes.
En las escuelas secundarias
debe hacerse lo mismo con programas de acción bajo el control y dirección de la
Cámara Nacional.
Para el corto plazo es más
importante ponerse en contacto con la ciudadanía. Los programas deben diseñarse
para educar el pensamiento público no tanto sobre el empresario y su papel
individual como sobre el sistema que administra y que provee los bienes,
servicios y puestos de trabajo de los que nuestro país depende.
Se deben establecer las
plantillas de eminentes académicos, escritores y oradores, que pensarán,
analizarán, escribirán y hablarán en público. También será esencial contar con
personal que se haya familiarizado con los medios y con el modo más eficaz de
comunicarse con los ciudadanos.
Las cadenas de televisión
nacionales deberían ser observadas minuciosamente. Esto vale para los programas
educativos y también para los “análisis de actualidad” diarios.
La radio y la prensa escrita
también son importantes, y todos los medios disponibles deberían ser utilizados
para desafiar y refutar los ataques así como para presentar la argumentación
afirmativa.
Es especialmente importante
que el “profesorado erudito” de la Cámara publique. Se pueden diseñar
incentivos para inducir más “publicación” entre los académicos independientes
que sí creen en el sistema.
Hay que educar a la
ciudadanía con libros de bolsillo y panfletos.
El mundo empresarial debe
cultivar con perseverancia el poder político y cuando sea necesario usar
agresividad.
La Cámara debe asumir el
papel de portavoz de las empresas estadounidenses ante los tribunales y las
empresas proporcionar los fondos que se necesiten.
Acaso es factible a través de
una filial de la Cámara o de otra manera establecer una organización nacional
de los accionistas norteamericanos y darle suficiente fuerza como para ser
influyente, son 20 millones de votantes para apoyar un programa de acción
política.
En enero de 1972 Lewis F.
Powell fue incorporado a la Corte Suprema de Estados Unidos por Richard Nixon.
Hechos en el modelo
neoliberal:
Siete empresas privadas
controlan el 70% de los medios de comunicación mundiales. Es decir 7 empresas
controlan la TV, los satélites, las agencias de información, las redes de
cable, las revistas, las radios, los diarios, las editoriales, la producción
cinematográfica, la conexión a internet, la distribución de películas. Todos
los medios. Esta es la mayor concentración de propiedad de todas las
industrias. Se conocen todas entre ellas.[2]
Un estudio de la Universidad
de Zurich reveló que un pequeño grupo de 147 grandes corporaciones trasnacionales,
principalmente financieras y minero-extractivas, en la práctica controlan la
economía global. El estudio fue el primero en analizar 43.060 corporaciones
transnacionales y desentrañar la tela de araña de la propiedad entre ellas,
logrando identificar a 147 compañías que forman una “súper entidad” que
controla el 40 por ciento de la riqueza de la economía global. El pequeño grupo
está estrechamente interconectado a través de las juntas directivas
corporativas y constituye una red de poder.[3]
Si el documento
‘confidencial’ de Powell forma parte de la historia importante del
neoliberalismo, ¿lo habrán leído los megamillonarios mundiales o sus
administradores?
Referencias
2 Jerry Mander, presidente
del International Forum on Globalization. You Tube
3 Cubadebate
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