sábado, 24 de noviembre de 2012

“FRENTE A LA DECADENCIA DEL PODER DE OBAMA Y LOS HILOS OCULTOS QUE DICTAN, CUAL ES EL PAPEL A JUGAR POR RUSIA Y CHINA”



El papel de Rusia y China en el contexto mundial
Artículos de Opinión | David Urra | 23-11-2012 | 
 La victoria de Obama en las elecciones de EE.UU, es interpretada en distintas latitudes de forma distinta, desde los que cifran esperanzas en un cambio, hasta los que anuncian un periodo apocalíptico. Algo si nos queda claro, la política a seguir por EE.UU no la decide Obama y las claves para darle seguimiento no la encontraremos mirando a las pantallas de los televisores para buscar en los noticieros sus declaraciones. El poder, no tan oculto, que mueve los hilos de la política norteamericana y mundial no tiene un centro definido, algunos mencionan a Rockefeller, otros a las transnacionales, los terceros a Bilderberg. La realidad es que el plan esta trazado y nadie puede osar enfrentársele, so pena de asumir las consecuencias.
Rusia y China deben jugar un papel fundamental en esta carrera por el hegemonismo mundial, que el “Eje de la Guerra” pretende imponer con EE.UU a la cabeza. Todos los demás son actores secundarios, aunque Washington los ensalce públicamente.
Cuando valoramos el papel que Rusia y China deben jugar en los próximos años, no lo hacemos desde la perspectiva partidista de uno u otro representante, sino desde la idea que, como imperio predominante, tiene EE.UU de lo que debe ser el hoy y el mañana.
En el caso chino, existe una percepción entre los dirigentes de este país de que sus destinos están tan entrelazados, que a EE.UU le es imposible no considerar su relación con China como algo estratégico y sobre la base de este análisis piensan que puede tener una relación entre iguales.
Recientemente un comentario de Xinhua sobre la victoria de Obama señalaba: “Ningún presidente de EE.UU. puede evitar las relaciones con China en los próximos cuatro años, ya que el comercio bilateral probablemente superará los 500.000 millones de dólares este año y cerca de 10.000 personas viajan cada día entre los dos países”.
Pekín se da igualmente por satisfecha con que – a pesar de las fricciones que emanan del “reequilibrio” en Asia, la cooperación chino-estadounidense mostró “continuo progreso” durante el último período de cuatro años. Los dirigentes chinos consideran que su país tiene muchos problemas internos urgentes que hay que resolver… y no puede soportar los costes de una confrontación total con el mundo exterior. EE.UU también necesita a China, no solo en términos de desarrollo económico sino también en otros campos. La crisis financiera global reveló que la globalización ha llevado a que los países sean tan interdependientes.
Este enfoque aparte de ser erróneo es suicida. EE.UU no tiene socios, sino intereses y por muy grande que sea el mercado chino, para los círculos de poder estadounidenses, por delante están sus ganancias y necesidad de llevar a cabo su proyecto económico, por lo que hará como si no escucha lo que piensa China y esperará su momento para remover el barro que conforman los pies de la nación asiática.
China, al igual que Rusia son países demasiado grandes y poseen demasiadas posibilidades de todo tipo, que es imposible que EE.UU sea en algún momento “socio” de los gobiernos de estas naciones. Para EE.UU su proyecto hegemónico es lo fundamental y en este esquema Rusia y China no tienen cabida, por lo que mas tarde o mas temprano vendrán por ellos y la toma de Beijing y Moscú será el colofón a esta estrategia.
Podemos decir más, todos los pasos que da occidente en la actualidad tienen como único objetivo socavar la base de apoyo de estos dos países para convertirlos en entes aislados en la comunidad internacional y después tratar de desmembrarlos con procesos separatistas controlados por el “Eje de la Guerra”.
¿Donde está el principal desbalance entre EE.UU y las dos potencias contrapuestas Rusia y China? En la información.
EE.UU, o mejor dicho sus instituciones de inteligencia están por mucho mas desarrolladas y mejor preparadas para la guerra que esta en marcha, la guerra de la información.
La información siempre ha sido una fuente de poder, pero hoy esas posibilidades se amplían de forma espectacular, determinado en primer grado por los avances en materia tecnológica que ha tenido el mundo. No hay dudas que en estos momentos EE.UU tiene mayor capacidad para utilizar estos medios que Rusia y China.
Esta ventaja no ha sido descuidada por los círculos de poder del imperio. De hecho se han ampliado las capacidades de obtener mas información empleando la inteligencia humana, ya que tanto Rusia como China en su absurdo afán por aparentar jugar al capitalismo, han abierto sus fuentes y esto ha permitido que los órganos de inteligencia norteamericanos penetren con mas facilidad y puedan emplear incluso una amplia red de informantes locales, lo que hace el trabajo mas fácil y barato.
Por otro lado Washington ha ido desarrollando un amplio programa de satélites, que en un futuro no lejano, podrá escudriñar cada rincón de la tierra y les permitirá observar todo lo que se hace sin que nada lo sorprenda.
Tengamos en cuenta que ahora el principal impacto en la estrategia global de Seguridad Nacional en los EE.UU no lo tienen los cohetes nucleares, sino que esta en la esfera económica. De lo que se trata es de como emplear ese amplio dispositivo de captura y procesamiento de la información para utilizarlo en la esfera económica.
El gigante del norte pasó de ser el mayor acreedor del mundo, a convertirse en el principal deudor del mundo y su competitividad ha declinado sensiblemente. Por tanto, adquiere una importancia estratégica la orientación del trabajo de inteligencia hacia la esfera económica.
Claro que esto no implica que solo se tratará de obtener información netamente económica, la esfera militar y política también juegan su papel, pero se verán influenciadas por el peso de la actividad económica.
Cuando se trata de información referente a la competitividad de empresas extranjeras, la función de las agencias radicará en apoyar a sus consorcios sin tomar partido por uno u otro, lo que será bastante difícil, pues siempre estará presente la llamada contrainteligencia que las empresas emplearan para verse favorecidas. La corrupción de los medios de información es inevitable.
En el ámbito militar la información de inteligencia que se obtenga permitirá ante todo favorecer a las entidades del Complejo Militar Industrial para que produzcan medios más avanzados que los del resto de las naciones.
Por demás EE.UU empleando eficientemente su sistema de recolección de información puede influir decisivamente en procesos políticos relacionados fundamentalmente con los países del Tercer Mundo. Los casos del Medio Oriente, el sudeste asiático, América Latina y África muestran como empleando su amplio acceso a la información, las estructuras de poder de EE.UU pueden utilizar con mas eficiencia sus recursos para lograr sus objetivos.
Ni Rusia ni China tienen esta posibilidad, por lo que las capacidades para influir en los procesos mundiales son mucho menores.
Es por ello que parecen coherentes, aunque no efectivas, las posiciones que asumen los dirigentes de ambas naciones, tratando por todos los medios de hacer migas con el dueño del poder.
Los chinos realizan constantes concesiones y tratan por todos los medios de no rozar ni con el pétalo de una rosa la relación que llevan con los estadounidenses, aunque reconocen que este ejerce sin piedad su papel hegemónico y esto puede traer conflictos entre ambas potencias.
La reacción de los dirigentes chinos a la elección de Obama es cálida y expresiva tratando por todos los medios de “agradar” al que da las órdenes. Esto esta en concordancia con la filosofía asiática y puede que por un tiempo tenga resultados, pero a la larga tiene consecuencias.
El caso de Japón, que empleó esta filosofía por muchos años y parecía un aliado inconmovible de EE.UU, nos demuestra que el imperio no tiene socios, solo intereses y cuando estos cambian, o se ven afectados, se acabó la luna de miel. Mientras la nación del sol naciente convenía a los intereses estratégicos de EE.UU, este la apoyo y cuido por todos los medios, bastó que apareciera el gigante Chino y todo cambió, a tal punto que ya se encuentra en el tercer lugar de la economía mundial y sigue en descenso.
China podrá ser partner de EE.UU pero esta forma de enfocar su relación la descalifica para ser Gran Potencia.
Para obtener esta categoría se necesita algo más que una fuerte economía y unas fuerzas armadas potentes. Se necesita ante todo tener aliados y los aliados cuestan, económica y políticamente.
Pero un país que base su filosofía política en hacer concesiones a otra Gran Potencia no puede ni tener socios confiables ni mantenerlos. Los chinos sacan muchas cuentas y para ellos 2 + 2 tiene que ser 4. Esto en términos geopolíticos casi nunca es así. Por otro lado nadie quiere ser socio de alguien que en los momentos de esplendor se tira la foto contigo, pero en los momentos difíciles en que tu existencia esta en peligro, saca el cuerpo y comienza a dar traspiés para no desagradar al otro cabezón.
Si EE.UU es una Gran Potencia, es ante todo, por que su filosofía corresponde a la de las Grandes Potencias. No es la economía de este país ni su fuerza militar la que le permite actuar como una Gran Potencia, aunque como es lógico son elementos básicos para poder serlo. Pero lo que marca la diferencia es la forma en que EE.UU utiliza sus influencias y proyecta ese poder.
Para los estadounidenses mantener un sistema de “aliados” juega un papel estratégico en su afán de imponer sus políticas hegemónicas, cuéstele lo que le cueste desde el punto de vista económico y político.
La economía norteamericana esta quebrada, su enorme deuda, que solo hace crecer y crecer porque sino se hunde, alcanza ya el 300 % del PIB del país numero uno en este indicador, lo que significa una cifra sideral. Ya en estos momentos esa deuda es inmanejable y todos saben que no se va a pagar.
Pero, EE.UU sigue gastando a manos llenas y una buena parte de estos gastos están destinados a mantener e incrementar su sistema de alianzas y esto no va a cambiar en un futuro cercano. No piensen que estas alianzas solo le proporcionan gastos al erario norteamericano, también les reportan beneficios.
Pondremos solo un ejemplo, para nadie es un secreto que su alianza con Israel le ha costado cuantiosas sumas al tesoro norteamericano, también le ha aportado un control casi absoluto sobre el Medio Oriente, lo que se ha incrementado recientemente con la ofensiva que esta desarrollando en la región, donde hay también otras monarquías que le sirven de apoyo en su ofensiva regeneradora de nuevos regímenes abyectos.
Por otro lado EE.UU no repara en costos políticos. Cuando tiene que apoyar a un aliado, haga lo que haga, lo hace y de forma convincente, para que no quede la menor duda de que no habrá castigos para su “socio”, aunque sea una atrocidad. Pero, para tomar estas decisiones no se puede estar pensando en no molestar al rival y eso es precisamente una de las cuestiones que afectan a Rusia y a China para poder tener un mayor peso en la arena Internacional.
Claro que hay una sustancial diferencia entre Rusia y China. Los rusos están mejor preparados para ejercer sus grandes potencialidades y emerger como una Gran Potencia mundial y de esta forma ser un contrapeso al hegemonismo norteamericano. De hecho en algún momento lo fueron, pero deben saltar algunos obstáculos todavía, para ocupar el lugar que les corresponde en el concierto mundial.
La primera valla que deben vencer los rusos para alcanzar el papel que les corresponde en el ajedrez mundial es la de su economía, que a pesar de las enormes potencialidades que tiene, tanto en recursos materiales como en capital humano no logran diversificar. A mi entender el gran problema de Rusia en esta esfera consiste, en que les cuesta mucho trabajo llevar a la practica lo que sus muy preparados e inteligentes especialistas crean y conciben. La generalización de sus logros es su punto débil y resolverlo es una tarea que deben superar.
En el plano militar los rusos no están muy lejos de lo que necesitan, solo que para que esto tenga algún contrapeso con la parte norteamericana tiene que venir acompañado de una política coherente en la creación de alianzas que sirvan de apoyo a sus intenciones.
A diferencia de los chinos, los rusos si tienen mentalidad de alianzas y comprenden su importancia, así como la necesidad de mantenerlas a toda costa, solo que deben de acabar por superar el “Síndrome de la Coexistencia Pacifica”.
Muchos se preguntarán y ¿Qué cosa es esto? ¿Otra epidemia desbastadora para la humanidad?
En realidad epidemia no es, pero no hay dudas de que clasifica como una enfermedad contagiosa. El concepto de “Coexistencia Pacifica” viene de la época de la Unión Soviética y fue Jrushov quien más la impulso.
En principio el concepto y la intención son válidos y su concreción seria sin dudas un gran aporte a la humanidad. Su base radica en la posibilidad de que EE.UU y otras potencias convivan en la Tierra de forma pacifica y constructiva, compitiendo entre si por un futuro mejor. Honestamente no se porque no le dieron un Premio Nobel a Jrushov por esta idea.
Pero, si bien es cierto que la proyección es valida, donde le falla el cálculo a los rusos es en la forma de hacerla efectiva. Estos, que heredaron de los soviéticos el concepto, también heredaron la fallida forma de lograrlo, haciendo constantes concesiones a los estadounidenses que nunca han traído resultados positivos visibles.
A los políticos norteamericanos, imbuidos en su clásica prepotencia y mesianismo fundamentalista, no se les pueden hacer concesiones, pues de inmediato suben el listón y presentan nuevas exigencias. Esto hace interminable la negociación con ellos y al final terminan quebrando el objetivo planteado.
Algunos pensarán que estoy delineando como único camino la confrontación y no hay nada mas alejado de la realidad. La cuestión radica en saber compaginar la mesura con la contención, de no provocar tensiones, pero cuando se provocan, enseñar el puño para que sepan que si cruzan la línea roja tendrán que pagar un costo.
Las políticas de principios, juegan un papel fundamental en este ajedrez político para que la coexistencia sea realmente pacifica. Coexistir, bajando la cabeza cada vez que se recibe un golpe, tiene otro nombre.
Hay múltiples ejemplos de estas afirmaciones, uno de ellos cuando el entonces Presidente Ruso Dimitri Medviedev, presionado por la maniobra estadounidense de instalación de los elementos del escudo antimisiles en Polonia y la Republica Checa que contradecían su propuesta de crear un Sistema Antimisil conjunto con Europa ???, accedió a no vetar la resolución del Consejo de inSeguridad de la ONU sobre Libia. Los norteamericanos le prometieron revisar el proyecto y el Presidente Obama le pidió en OFF – aunque fue grabado por los micrófonos – que les dieran un chance hasta que fuera reelecto.
El resultado final cual fue: Khadaffi, por entonces socio de Rusia, fue derrocado y asesinado y las transnacionales occidentales coparon los espacios que empresas rusas tenían en ese país; los cohetes y radares del sistema antimisiles norteamericano fueron de todos modos instalados, es mas se instalaron otros adicionales en Bulgaria y Rumania.
Pero esto, no es consustancial solo a los dirigentes rusos de la actualidad, pues a mi entender es heredado de la época soviética. La “traición” hecha por Mijaíl Garbachov, durante las negociaciones del armamento estratégico con el entonces Presidente de los EE.UU Ronald Reagan y explicada en un trabajo anterior que publicamos en este sitio, es otro ejemplo fehaciente del refrán que caracteriza con precisión esta actitud: “No dejes gato por liebre”.
Esta es una tarea pendiente de los actuales dirigentes rusos que al parecer debe resolver el actual Presidente Vladimir Putin, con capacidad y determinación de hacerlo, aunque en ocasiones parezca que empuja en otra dirección. Lo que hoy no se acepta mañana no se puede vulnerar. En cuestiones de principios Rusia debe ser coherente y no tener un rumbo incierto, solo así sus aliados podrán creer en su liderazgo. Las palabras deben acompañarse con hechos.
Ganarse nuevos amigos, es una tarea loable, pero sin perder los viejos.
Los dirigentes rusos deben comprender que su país es demasiado grande, fuerte y talentoso para que EE.UU no los considere un obstáculo en sus proyecciones mesiánicas y hegemónicas, por lo que nunca podrán ser aceptados como socios.
Deben además considerar que la demagogia es un rasgo característico de los políticos norteamericanos, que mienten olímpicamente antes las cámaras de TV, sin siquiera sonrojarse. Para estos la afamada expresión popular de “Has lo que yo digo y no lo que yo hago” es parte de su proyección espiritual y no es posible que un norteamericano, sea blanco, negro o mestizo, pueda llegar a los mas altos niveles de poder, sino la abraza.
Por lo tanto no queda mas remedio que cambiar la táctica y como expresamos en un articulo anterior “Si los rusos y los chinos enseñan el puño, los EEUU se mojan los pantalones”. Al final – cuando la candela es brava, no hay carapacho duro.
Rusia y China son actores de primer orden en el contexto internacional, de sus proyecciones depende en gran medida el futuro de la humanidad, afilar la puntería es indispensable, pues ante todo esta en juego su propia existencia como nación y la preservación de sus culturas.
Pensar que haciendo concesiones se puede llegar a algo con EE.UU puede ser un suicidio político, cultural y existencial.
Es sintomático que casi siempre el refranero popular se confirma, pero hay excepciones, pues es posible que en este caso, arrimarse a un buen árbol, puede no ser símbolo de una buena sombra que lo cobije. Verifique antes que el árbol no es de guao.
Fuente CONTRAINJERENCIA

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