¿Quién paga el diezmo y el 1% para su Iglesia?
Artículos de
Opinión | Níkolas Stolpkin * | 25-11-2012 |
Muchas son
las interrogantes…
¿Nunca nos
ha llamado la atención aquello del pago del “diezmo” y el 1% para lo que se
denomina “Iglesia”?
¿Verdaderamente
se pagará el 10% y el 1% a la Iglesia? ¿Será un acto voluntario o involuntario
entre los “feligreses”?
¿Cuánto
recaudan las Iglesias anualmente con los aportes de sus “feligreses”?
¿Quiénes
pagan “su” 10% para la Iglesia Evangélica, o Protestante, y el 1% para la
Iglesia Católica?
¿Mientras
más pobres sean los “feligreses” más aportan a “sus” Iglesias? ¿Mientras más
ricos sean los “feligreses” más aportan a “sus” Iglesias? Ó ¿Todo es al revés?
Y si algunos
aportaran a su Iglesia… ¿verdaderamente aportarán con su 10% y 1% de su SUELDO?
La sensación
que podríamos respirar es que aunque muchos puedan declararse creer en Dios y
puedan acudir a alguna Iglesia, la mayoría, nos atreveríamos a afirmar, no paga
aquello del “diezmo” (10%) o el 1% relacionado con su SUELDO, sino que aporta
de acuerdo a lo que ellos crean poder aportar.
Quienes se
declaran ser “creyentes”, evangélicos o católicos,… ¿qué porcentaje acude
periódicamente a la Iglesia y qué porcentaje no?
El alto
porcentaje de “no pago” del “Diezmo” y del 1% a las Iglesias puede que sea una
expresión de crítica propia de quien está en contra de una institución o quizá
de quien está sumergido en las burbujas existenciales del individualismo y el
consumismo, propias de la cultura en la cual vivimos.
El “no pago”
del 10% y 1% de nuestros sueldos a las Iglesias se puede asemejar fácilmente a
la crítica generalizada que se tiene para con la clase política dominante de un
determinado país, expresado claramente en los altos índices de abstención que ocurren
en elecciones con voto voluntario.
Muy lejos de
ser creyente podemos llegar a la siguiente conclusión:
Cuando la fe
religiosa ocupe un lugar preponderante en nuestras sociedades, y no un simple
adorno de fin de semana –lo que ultra dudamos, por la fuerte cultura del
consumismo en la que vivimos–, se habrá de inventar el Ministerio de Creencia;
y cuando exista el Ministerio de Creencia, sin dudar, se habrá de descontar por
“planilla” a los “feligreses” el 10% y el 1% y, lo más probable es que muchos evangélicos
se pasen en bandada al catolicismo para solo pagar el 1%.
La
hipocresía religiosa no es más que una expresión natural propia de la Cultura
del Consumismo.
Muy distinto
es el caso en que la Cultura del Consumismo no está tan arraigado a una determinada
sociedad. Es cosa de mirar en los países donde el Islam forma parte esencial en
las vidas de las personas.
¿Cuánta
penetración existirá de la Cultura del Consumismo, a la manera Occidental, en
países donde el Islam es parte esencial de la vida de esos pueblos?
¿Podemos
aquí medianamente entender por qué el afán de las potencias de Occidente por
querer “civilizar” o “liberar” a los pueblos que viven bajo culturas distintas
a Occidente?
¿Las
intervenciones o intromisiones de Occidente en Medio Oriente y el Magreb
responden a la lógica del saqueo o a la lógica de empujar la penetración de la
Cultura Occidental para así abrir o ampliar los mercados? Ó ¿Las dos cosas?
¿Las
intervenciones o intromisiones de Occidente en el Medio Oriente y el Magreb,
obedecen a una lógica “altruista” de potencias en decadencia?
Una cosa es
clara: dentro de la lógica capitalista nada es “por amor al arte”.
* Analista
político nacional e internacional - Political Analyst - Crítico de política y
Cultura Contemporánea - Autodidacta
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