A los banqueros, políticos y demás sicarios
16 Noviembre
2012
Artículos de
Opinión | Revista Fusión | 27-11-2012 |
Sois
escoria. Sois lo más bajo, repulsivo y despreciable de esta sociedad que, por
cierto, ya os ha quitado la careta y está empezando a ver vuestro verdadero
rostro. Vuestra naturaleza no es humana, no lleváis en vuestros genes esa
humanidad que permite que aflore la sensibilidad, la comprensión, la ternura y,
sobre todo, el sentimiento de solidaridad, de hermandad, con los seres humanos
que os rodean. Vosotros, desde la ceguera que os produce vuestra adicción al
poder, miráis hacia el exterior y sólo veis instrumentos para satisfacer
vuestra codicia, vuestra ambición, vuestra enfermiza usura.
Vosotros
sois insensibles al dolor ajeno, a la desesperación y el sufrimiento de
aquellos que son impotentes ante las injusticias que juntos tramáis y ponéis en
marcha. Os escudáis detrás de una falsa e hipócrita apariencia de
"honorables" y de lo que vosotros llamáis el "deber" y la
"responsabilidad" con vuestra nación, os atribuis la condición de
"salvadores", como si lo que hacéis estuviera por encima de los
derechos humanos y tuviera una justificación en sí mismo.
Pero sois
incapaces de aceptar que sois basura, que no hay argumento, ni disculpa, al
hecho de arrastrar a ancianos fuera de sus casas, de golpear salvajemente a
jóvenes que buscan la educación que se les niega, de condenar a la miseria a
miles de ciudadanos que, según esa Constitución de la que tanto habláis y
defendéis, tienen derecho a un trabajo digno, a una vivienda digna y a una
sanidad digna.
Vosotros no
sois, como pretendéis, los responsables de guiar esta sociedad y este país
hacia un futuro mejor. No tenéis ni capacidad, ni voluntad, ni inteligencia
suficiente para hacerlo. En realidad, la mayoría de vosotros sois unos tarados,
unos ignorantes que no saben leer en los tiempos que corren y que no saben
comprender hacia donde os llevan vuestras actuaciones. Si tuvierais un poco de
humildad y un poco de sentido común abandonaríais vuestros pedestales y os
apuraríais en recuperar algo de vuestra humanidad perdida.
Os creéis
"dioses" pero en realidad no comprendéis que sois las marionetas de
los "dioses", unos "dioses" que saben de su cercano final,
que conocen el fin de su tiempo y que apuran en lo posible, y con vuestro
servilismo, sus últimos momentos.
Es
incomprensible cómo podéis vivir con el permanente desprecio de los ciudadanos
sobre vuestras conciencias. Cómo podéis dormir después de ver en los
noticiarios las imágenes de lo que vosotros provocáis. Cómo podéis sentiros
vivos, porque vuestra existencia es una ofensa a la verdadera Vida.
Pero
vuestras caras se van poco a poco oscureciendo, vuestra emanación se va
haciendo repulsiva, os vais convirtiendo poco a poco en seres oscuros y
despreciables. ¿Acaso no conocéis la historia de esta humanidad? ¿Acaso no
sabéis lo que sucedió, en numerosas ocasiones en el tiempo, a aquellos que
pensaron y actuaron como vosotros? ¿Acaso no sabéis como acabaron?
Camináis y
os movéis como si fuerais "estrellas", "ídolos", cuando en
realidad sois dignos de lástima, porque estáis poseídos por el poder, o lo que
vosotros conceptuáis como poder. Pero vais a conocer el verdadero Poder, vais a
vivir la verdadera Justicia, vais a experimentar el verdadero Dolor y a sentir
el auténtico Miedo.
Todo ello es
lo que vosotros sembráis a vuestro alrededor, lo que queda después de vuestras
decisiones, de vuestros acuerdos, de vuestras leyes.
No sois
dueños de la Vida, no sois dueños de la Libertad, no sois dueños de la
Dignidad. Pero actuáis como si lo fuerais y eso os va a pasar factura.
Los
ciudadanos de España y del mundo os están identificando, saben ya a quien
servís, y saben que en vuestra agenda, en vuestras intenciones, no están los
derechos humanos, como tampoco está la compasión, la solidaridad, ni el respeto
a la Vida.
El daño que
estáis ocasionando a las personas que, con sus impuestos, pagan vuestros
espléndidos e intocables sueldos, lo consideráis "daños colaterales",
y lo justificáis en nombre de un futuro mejor. Pero vosotros sabéis que estáis
mintiendo, sin embargo no os grita vuestra conciencia, no os duele el dolor ajeno,
no os angustia la creciente desesperación de aquellos que no ven futuro para
ellos ni para sus hijos.
Sois
despojos humanos, sin conciencia, sin escrúpulos, sin alma.
Pero vuestro
tiempo se acaba. Pagareis por todo el daño que sembráis. Conoceréis en vosotros
la dimensión de la verdadera Justicia.
Si pudierais
contemplar el futuro, vuestro futuro, posiblemente no lo soportaríais. Pero es
lo que habéis escogido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario