viernes, 28 de diciembre de 2012

¿CÓMO VA SER UN REY INMORAL SI HA HEREDADO LA CORONA, PRIMERO POR LA GRACIA DE DIOS, Y DEPUÉS POR LA GRACIA DEL DICTADOR?



La inmoralidad del discurso de un rey heredero de una dictadura
Artículos de Opinión | Peter Magnus | 27-12-2012 | 
Un homme sans peur et sans reproche,
Qui nést ni roi, ni duc, ni comte aussi. *

Érase una vez un rey que cada navidad dedicaba una palabras a sus súbditos, palabras con las que los alentaba a hacer todos los esfuerzos posibles para ayudar a salir de la gran crisis en la que el país había caído y en la que estaba sucumbiendo, gracias a las recetas reformadoras que estaba aplicando el gobierno de turno. Gobierno este venido de una anterior dictadura, donde un generalísimo había sembrado el terror durante cerca de cuarenta años, para ser más exactos desde 1936 a 1975, fecha ésta última que la muerte vino a regalarle al país una pantomima llamada transición, en la que, además de heredar un rey no elegido por el pueblo, heredaban aquellos súbditos la ley por la que se amnistiaba a todos los asesinos de la contienda que se cobró miles de víctimas, sobre todo del lado perdedor, o lo que es lo mismo el lado que legítimamente había sido elegido por el pueblo en las urnas.
¿No era aquel rey de aquel país un inmoral? No, según sus ideas y pensamientos, claro, ¿cómo va a ser un rey inmoral si ha heredado la corona, primero por la gracia de dios, y después por la gracia del dictador? Este rey con imagen de campechano y bonachón, no era más que un tirano y no menos malo que su antecesor el dictador, y cada veinticuatro de diciembre le regalaba a sus súbditos-esclavos, una disertación sobre cómo ha de ser el pueblo, cómo debe comportarse en momentos de dificultades pecuniarias en las que hay que apretarse el cinturón, cómo hay que defender la “patria” (palabra esta que le proporcionaba al rey, cuando la pronunciaba, un exceso de saliva, que le salía por la comisura de los labios cual perro rabioso), ante cualquier atentado contra la libertad de la misma. ¿Qué libertad? Preguntó un bufón que hacía las veces de tocapelotas en un periódico independiente y perseguido por las élites que respaldaban la “meritoria” y meteórica trayectoria del rey dictador disfrazado de demócrata. Un rey que le exigía a sus súbditos ser austeros cuando el presupuesto de la casa real era de más de ocho millones y pico de euros, ahí era para tomar pan y mojar en la sopa boba de los tontos que alimentaban aquella caterva de parásitos que, además, se permitían dar lecciones de moral dando consejos que ni ellos mismos, en este caso el mismo rey, llevaban a cabo, así que aquel pueblo de súbditos-esclavos agachaba la cabeza y se dejaba despellejar por los viles, sinvergüenzas y déspotas adalides de las “bondades” de un sistema corrupto y podrido en el que toda valía, habiéndose instalado, por paradójico que nos parezca, el anarco-capitalismo auspiciado por el soberano y sus cohorte de políticos amaestrados por el antaño generalísimo “impoluto” y que ató, bien atado, su gobierno para que tras su muerte se siguieran manteniendo en el poder su camarilla de secuaces, dispuestos, capaces y obedientes para llevar a cabo sus felonías contra el pueblo al que engañaban con la falacia de llamarlo “Pueblo Soberano y Demócrata”.
Y colorín colorado este cuento todavía no ha acabado. ¡Ay si Joseph Ignace Guillotin levantara la cabeza!
*Divisas de las familias nobles francesas de los Bayard y los Couci: "Un hombre sin miedo ni reproche, que no es rey, ni duque, ni conde".
               Fuente: http://tercerainformacion.es/


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