jueves, 31 de enero de 2013

MIS NIETOS NACERÁN ESCLAVOS



Artículos de Opinión | Víctor J. Sanz | 31-01-2013 | 
 
Si mi abuelo y mi padre hubieran sido esclavos, lo más probable es que yo hubiera nacido esclavo. Esta afirmación es sencilla y prácticamente irrefutable. Pero enseguida surge una cuestión: ¿cómo fue que un hombre libre se convirtió en el primer esclavo?, ¿cómo fue que se inició la esclavitud?
Si podemos definir la esclavitud como la ausencia total o casi total de derechos en la vida de una persona, podemos decir que, en el contexto de la actual crisis, hoy aún no somos esclavos, y hablo solo de ese continente imaginario, cuyas fronteras son más que nada económicas y que podríamos llamar Occidente-Norte. Ciertamente, no somos esclavos, aún. Es una consideración válida sólo a día de hoy; pero es una consideración cada día menos válida, ya que asistimos con frecuencia casi diaria al recorte de libertades, a la supresión de derechos y hasta a la criminalización de la simple protesta.
Insisto en aclarar que me refiero exclusivamente a la región económica denominada Occidente-Norte y que se extiende transversalmente por casi todos los países del mundo, pues allí donde hay un esclavo hay, como mínimo, un esclavista. En los países del norte geográfico existen, por el momento, muchos más esclavistas que esclavos, ya que buena parte de los esclavos que poseen y explotan estos esclavistas viven, o mejor dicho, sobreviven lejos de esos países del norte geográfico.
La deriva moral y humana que demuestran las políticas neoliberales a las que la población de ese Occidente-Norte se ve condenada, se pueden apreciar día tras día, y de forma cada vez más patente y menos tímida, menos comedida en sus formas.
Como el agua a punto de entrar en ebullición, algunas burbujas de lo que pronto será el tiempo presente, y promesa de nada bueno, llegan a la superficie desde lo más profundo y oscuro del ser humano y estallan en la cara de quienes observamos la realidad con detalle.
Bastará con unos pocos ejemplos de esas burbujas a las que me refiero, para entender mejor lo que quiero decir:
Un latigazo que el prototipo de esclavista moderno, Juan Roig, presidente de Mercadona, propina a esclavos propios y ajenos, marzo-2012: "Tenemos que pensar más en nuestras obligaciones y menos en nuestros derechos". Esta afirmación del esclavista pronto no será sino la única opción del esclavo, ya que las obligaciones de éste se le presentan en abrumadora mayoría frente a la casi fantasmagórica presencia de sus derechos.
Un estertor neuronal del irrepetible ministro (y esto es un deseo) Gallardón, que pretende una reforma del Código Penal que criminalice el hecho, muy humano por otra parte, de ayudar a un inmigrante sin papeles, para redundar en la tendencia nazi del actual Gobierno del Partido Popular, de excluir de la vida social a las personas con menos recursos, dificultándoles el acceso a la justicia, a la sanidad, a la educación y, lo que podría ser más importante, a la posibilidad de una formación, de una capacitación que les dotara de autonomía personal suficiente para afrontar con garantías las situaciones de crisis.
Una oferta de empleo para un puesto de esclavo, hoy día aún retribuido /a 3,5Euros la hora, y que no precisa mayor explicación. Hace algunos años, no muchos, era fácil encontrar ofertas para puestos similares a cambio de una retribución del doble:

No hay comentarios:

Publicar un comentario