El expresidente baja
el tono de las críticas al Ejecutivo en presencia de la vicepresidenta y el
ministro de Industria, aunque evita cualquier reconocimiento hacia su gestión
frente a la crisis
ANA
PARDO DE VERA Madrid 10/06/2013 21:45 Actualizado: 10/06/2013 22:17
Aznar, Zaplana, Botella,
Saénz y Soria. EFE
"En
las últimas semanas he transmitido a la sociedad española un mensaje claro
sobre lo que, en mi opinión, es una situación grave. Lo he hecho convencido y
seguro de que es lo que debo hacer". Estas palabras de José María Aznar,
pronunciadas casi al final, han sido la única alusión -muy velada- a la polémica que suscitaron las declaraciones del ex
presidente en una entrevista concedida a Antena 3 y, posteriormente, en un acto
en el Congreso de los Diputados.
Hoy,
Aznar ha llegado al Club Siglo XXI muy sonriente y acompañado por la
vicepresidenta del Gobierno y el ministro de Industria, los dos miembros del
Ejecutivo de Mariano Rajoy que han acudido a limar asperezas e intentar
devolver las aguas a su cauce tras varias semanas de controversia por las críticas que el presidente de Honor del PP
dirigió a su sucesor. El vicesecretario general Carlos Floriano también
ha acudido al acto introducido por el ex ministro Eduardo Zaplana,
presidente del Club, que no ha ahorrado elogios a quien fue su jefe en el
Consejo de Ministros.
Elogios
no hubo, sin embargo, para las políticas del Gobierno. Aznar no citó a Mariano
Rajoy ni una sola vez, aunque tampoco trasladó algún mensaje de reconocimiento
a los dos miembros de su Ejecutivo allí presentes (la ministra de Empleo, Fátima
Báñez, canceló su asistencia en el último momento) Al expresidente todo se
le fue en reconocer la fortaleza de los conservadores desde 1989 (él fue
presidente desde 1990); desde que el PP "ha obtenido en el conjunto de las
elecciones generales más votos que cualquier otro partido político: más de 64
millones". También tuvo palabras de reconocimiento para la mayoría
absoluta de Rajoy en 2011, aunque siguió sin citarlo, y no tuvo ningún reparo
en culpar a la izquierda y a los nacionalismos de todos los males que vive hoy
España por su "gravísima deslealtad" y de los cuales sólo los
conservadores ("centro-derecha") pueden salvarla.
Aznar
pidió "actualizar los objetivos históricos de la Transición con el
contenido que sea necesario hoy", para "atender y encauzar la
voluntad de cambio de la que está dando muestras inequívocas la sociedad
española", aunque puso condiciones: "No está abierta la discusión
sobre la Nación española ni su soberanía"; "Quien rompe los pactos
debe asumir que si se reconstruyen no será en los términos que dicte la
minoría"; hay que hacer "reformas incisivas para reformar y
modernizar la democracia representativa, no para liquidarla", esto es, ir
más allá del "adelgazamiento del aparato público o el incremento de la
eficacia administrativa", una tarea, precisamente, en la que lleva el
volante Soraya Sáenz de Santamaría, sentada en primera fila. Al
respecto, Aznar ha pedido que los partidos políticos "sean el cauce de las
reformas, no su dique de contención". "Necesitamos un reformismo de
alta intensidad", ha advertido a una sala abarrotada que, a la salida,
dejaba mostrar una ligera decepción con el tono "muy light" del ex
jefe del Ejecutivo.
El
ex presidente ha pedido un "pacto social", la reforma educativa, la
del sistema fiscal, reforzar la unión monetaria o una economía global real para
España y Europa y ha vuelto a repetir, como hiciera hace días en el Congreso de
los Diputados que la actitud para alcanzar los objetivos propuestos debe ser
"constructiva y decidida; la actitud de no estar contra nadie sino de
estar con todos los españoles".
Fuente: www.publico.es
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