Por Anna Mulet.
Franco lo dejo todo bien atado en
su testamento político, todo en manos del rey, la banca, la alta
burguesía, los altos mandos de las administraciones, la Iglesia etc… es
decir la ultraderecha, la misma que con Franco tenia el control total
del país y que nunca durante los 30 años de la transición, han dejado
aunque fuera desde la sombra, de seguir controlándolo.
Durante décadas, se nos ha
engañado sobre la transición haciéndonos creer que habíamos salido de la
dictadura franquista y entrado sin derramamientos de sangre, sin
violencia y sin traumas, en una autentica democracia; esa que tanto
ansiaban los que vivieron entre tinieblas y liturgias cuatro décadas
seguidas. Al fin teníamos una sociedad democrática, abierta, autonómica y
con libertad de votar incluso a la izquierda tanto tiempo perseguida y
exterminada casi de la memoria nacional. La censura sexual o ideológica
habían pasado a la historia, la prisión por ser rojo estaba abolida,
acudir a misa de domingo ya no era una imposición aceptada, por mas ateo
que fueras…. pero cada vez se va viendo más claro que nos han vuelto a
engañar.
Están saliendo de sus escondites
todos los nuevos y antiguos acólitos de Franco y su dictadura fascista.
Toda la podredumbre que se mantenía soterrada dentro de la clase
política de derechas, su convivencia pactada con el rey y las
oligarquías financieras, para hacer perdurar la explotación laboral, las
injustas desigualdades sociales, y las distintas leyes que han
permitido la pervivencia y el mantenimiento en todos los puestos de
poder a los políticos franquistas, que han ido durante estos años
allanando el camino para garantizarse su impunidad y el poder almacenar
enormes fortunas, mediante la corrupción continuada durante la burbuja
inmobiliaria y otras tramas.
La banca altamente politizada ha
sido cómplice necesario y compinche en sus infames robos, a fin de
asegurarse los privilegios adquiridos durante la dictadura, solo
pendientes de no tener que repartir la riqueza que con el arduo trabajo
diario, la clase obrera ha ido creando. Han conseguido que durante toda
la transición la clase trabajadora a pesar de acudir en masa a varias
huelgas generales, no haya podido alcanzar jamas un sueldo mínimo,
equiparable al nivel del resto de los europeos, manteniéndonos
permanentemente en total precariedad laboral, siempre muy por debajo de
los salarios, derechos y prestaciones de los que disfrutan nuestros
homólogos del otro lado de los Pirineos.
Con unos sueldos tan exiguos las
diferencias sociales se han mantenido muy presentes en la sociedad, y
ahora con el nuevo amanecer de la alta burguesía, los grandes
propietarios de empresas, los asesores, ejecutivos de alto nivel y la
casta política más casposa, están aumentando en exponencial ascenso esas
desigualdades, hasta alcanzar en la actualidad limites insoportables.
El papel de los sindicatos ha
sido el de muro de contención, peones utilizados para contener los
estallidos de la clase trabajadora, ante tan precaria situación laboral,
puede verse que los sindicatos mediante la negociación de los distintos
convenios, no ha impedido que se haya aprobado sin apenas rechistar, la
reforma laboral que nos lleva a cotas impensables de precariedad y
desempleo.
Las cifras del desempleo actual
son desesperantes, diría yo que más bien de una de obscenidad sangrante,
en un país donde los asesores adjuntos a los políticos y altos cargos
de las entidades financieras y empresariales, tienen los salarios más
altos de toda la Unión Europea. Ejecutivos generalmente venidos de los
partidos políticos como el PP, que velan como perros cancerberos por el
buen funcionamiento y el lucro continuado de las oligarquías españolas.
Cuando se habla de transparencia en las instituciones, el terror que les
inspira a estos oligarcas y políticos esta palabra, les hace temblar
las piernas y se encojen como conejos asustados.
Mientras en todo el país la tasa
de pobreza sigue subiendo, habiendo alcanzado ya a la cuarta parte de la
población, en este país donde solo los beneficiarios de la transición
del régimen franquista, acumulan sueldos y prebendas de millonarios,
nuestras miradas al futuro se ven empañadas de perspectivas sombrías,
oscuros nubarrones donde el desempleo y la miseria van ganando mas
adeptos y que nos llevan nuevamente a una nueva dictadura a corto plazo,
una dictadura del capital que nos trae más destrucción masiva del
empleo, derechos y libertades que desde el Gobierno, se orquestan ya
abiertamente, pues ni la justicia igualmente corrompida, es libre ni
independiente de las más altas esferas fascistas.
Si no tienen ustedes grandes
capitales, ni cuentas en paraísos fiscales, están ustedes condenados a
ser solo carne, para el Partido Popular y sus amigos en la cima de la
pirámide alimentaría del Estado español.
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