La población no
puede seguir soportando las consecuencias de las políticas de austeridad
Escuchando
a algunos líderes europeos se podría pensar que la crisis económica
prácticamente ha terminado. Pero nada más lejos de la verdad, ya que millones
de europeos siguen sufriendo penurias sin precedentes y profundos recortes en
sus niveles de vida. Mientras que los responsables políticos hablen de la
"dimensión social" de Europa solo de boquilla, sus políticas aumentarán
aún más la presión de la despiadada austeridad. La gente normal todavía está
pagando por la crisis –el precio de un aumento de las tensiones sociales, las
crecientes desigualdades, la pobreza y el desempleo que tendrá un impacto en
las oportunidades de vida de los jóvenes europeos durante muchos años– mientras
que somos testigos de un alarmante aumento de la intolerancia y la xenofobia.
Esto
está socavando irremediablemente el apoyo a la propia Unión Europea, como lo
demuestra el crecimiento de los partidos nacionalistas, anti-UE en varios
Estados miembros. Solo el 30% de los europeos todavía tiene una imagen positiva
de la Unión Europea. Y sin embargo, los líderes han hecho poco o nada para
reforzar la Europa social. Hace un año, la Confederación Europea de Sindicatos
presentó su Contrato Social para Europa: una relación de las medidas necesarias
para poner fin a esta espiral descendente y restaurar la confianza de las
personas en la UE. En abril, la CES reitera su demanda con mayor urgencia. Las acciones
van con mucho retraso. A pesar de que la CES acoge favorablemente la decisión
del Consejo Europeo de publicar finalmente una hoja de ruta sobre la dimensión
social de la unión económica y monetaria, insiste en que las nuevas medidas
tienen que ir más allá de la UEM, a fin de aprovechar todas las políticas para
la promoción del pleno empleo y el progreso social en toda Europa. Los líderes
europeos se reunirán en una nueva cumbre los días 27 y 28 de junio, durante la
cual tienen el propósito de elaborar una hoja de ruta para la Europa social. Si
nos decepcionan otra vez, no habrá justificación posible.
Dimensión
social de la UE debería significar mejores condiciones
de vida y de trabajo
de vida y de trabajo
Dimensión
social de la UE debería significar mejores condiciones de vida y de trabajo,
protección social, servicios públicos de calidad y diálogo social. Pero la
realidad es que los líderes de la UE continúan su campaña para reducir el gasto
público e impulsar la desregulación a ultranza, lo que pone en riesgo el empleo,
las condiciones de trabajo y los servicios esenciales en muchos sectores. Al
tratar de crear un mercado laboral transfronterizo libre, los gobiernos no han
logrado establecer salvaguardias para los trabajadores, lo que lleva a la
explotación generalizada y al dumping social en proporciones
desastrosas. La gente, desesperada por trabajar, se mueve por toda Europa para
rebajar las tasas de los salarios y las condiciones existentes, generando una
reacción peligrosa.
El
diálogo social también está bajo presión. Un informe de la Comisión Europea
publicado en abril reconocía que el diálogo bien estructurado entre los
empleadores y los trabajadores es indispensable para un progreso social
consensuado. Y sin embargo, las políticas de austeridad y recortes del gasto han
debilitado el papel de los interlocutores sociales, y el derecho sindical
inalienable de la libertad a la negociación colectiva y a la fijación negociada
de los salarios en el ámbito nacional y europeo.
En
mayo, los líderes europeos se comprometieron a hacer frente a la hemorragia de
un billón de euros al año de los ingresos fiscales no recaudados debido al
fraude y a la evasión fiscal. La CES exigió un plan de acción fuerte y
vinculante, y sin embargo, la cumbre de Bruselas no pudo llegar a ningún programa
concreto. Sobre todo, si no se toman medidas para frenar el incesante aumento
mensual del desempleo –una tasa superior al 12% en la zona euro en marzo y dos
veces más alta entre los jóvenes, un 27,2% en España y el 57% entre los
jóvenes– hay un riesgo real de colapso social. Los recientes disturbios en
Estocolmo dieron una idea de las posibles repercusiones en la sociedad.
A
los jefes de Estado y de Gobierno les pedimos que rectifiquen dichas políticas
y aprueben medidas enérgicas a favor del crecimiento
La
CES pide la introducción de un salario mínimo en todos los Estados miembros de
la UE, y un aumento sustancial de los salarios mínimos legales vigentes en los
países donde los sindicatos consideren que es necesario. Por último, la UE debe
invertir entre el 1 y el 2% del PIB en un Programa Europeo de Recuperación para
restaurar el crecimiento sostenible y hacer frente al desempleo. Las demandas
de la CES han sido recogidas por el Parlamento Europeo, donde los eurodiputados
condenaron el fracaso de la Comisión para presentar propuestas realistas para
reforzar la Europa social, y pidieron un "cambio de rumbo" para
fomentar el crecimiento, el empleo y la justicia social.
En
toda Europa nuestras prioridades son el fin de los contraproducentes recortes
en el gasto público, acabar con la competencia transfronteriza, la reducción de
los salarios y las condiciones de trabajo y combatir la evasión fiscal; frente
a esto es necesario la inversión para el crecimiento sostenible y el empleo, y
el apoyo al diálogo social y a la negociación colectiva. Europa no puede
permitirse más demoras. Por todo ello, el sindicalismo europeo se está
movilizando desde el pasado 7 de junio en diferentes países europeos, tras el
llamamiento a la acción que ha realizado la CES. En España, se hará el próximo
domingo, 16 de junio, con manifestaciones en más de 40 ciudades.
Los
trabajadores y trabajadoras españoles y la gran mayoría de la población no
pueden seguir soportando por más tiempo las consecuencias de las políticas de
austeridad y reformas estructurales, léase recortes sociales, que llevan
imponiéndose en nuestro país, al igual que en casi Europa, desde hace más de
tres años. Son políticas fracasadas sin paliativos, contrarias a las que se
aplican en el resto de países desarrollados y emergentes, y políticas
insoportablemente injustas que están destruyendo el Modelo Social Europeo. En
España, además de elevar el número de parados por encima de los 6.2 millones,
está produciendo unos niveles de pobreza y desigualdad social desconocidos en
las últimas décadas.
A
los jefes de Estado y de Gobierno que se reunirán en la cumbre de los días 27 y
28 de junio les pedimos que rectifiquen dichas políticas y aprueben medidas
enérgicas a favor del crecimiento económico y la creación de empleo. Y que
cumplan lo que anuncian y aprueban. Es necesario que se ponga en marcha
urgentemente un plan europeo de inversiones de choque, complementado con planes
de empleo para jóvenes; que se asegure la financiación de los Estados y las
empresas, con garantías solidarias de los Estados y del BCE; y que la reforma
de la UE incorpore un fuerte pilar social en el que se inscriban los derechos
sociales y laborales básicos.
Bernadette
Ségol es secretaria general de la Confederación Europea de Sindicatos
(CES). Ignacio Fernández Toxo es presidente de la CES y secretario
general de CC OO. Cándido Méndez es secretario general de UGT. Julio
Salazar es secretario general de USO.
Fuente: www.elpais.com
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