sábado, 27 de julio de 2013

UN ECONOMISTA DE OXFORD DENUNCIA QUE “POR CADA EURO RECORTADO EN SANIDAD, EL PIB PIERDE 1,5″


Nueva York recortó 100 millones de dólares en la prevención de la tuberculosis y luego gastó más de 1.000 millones para frenar su rebrote 
C.G. | 26/07/2013 
El director del equipo de Economía de la Salud en Oxford, David Stuckler, especializado en la financiación de la sanidad, ha afirmado que los recortes presupuestarios “han costado vidas y sufrimiento”, pero, además, contrario a lo que algunos defienden, “han restado crecimiento a economías, como las de Grecia y España”.
Sus criterios están basados en cálculos
En una entrevista en La Vanguardia, Stuckler explica que sus conclusiones están basadas en los “cálculos” realizados por su Departamento, pero también es algo que “ha reconocido el propio economista jefe del FMI, Olivier Blanchard, quien pidió perdón a los griegos por su error al menospreciar el efecto nocivo de los recortes indiscriminados y especialmente en sanidad”.
El recorte de un euro en sanidad reduce un euro y medio del PIB
Según afirma este especialista de Oxford, el FMI había calculado que recortar un euro en sanidad provocaría una reducción de 0,6 euros en el PIB, pero al revisar los datos consolidados vieron que, por cada euro que el Gobierno dejaba de gastar en sanidad, el PIB griego se reducía hasta casi un euro y medio, o sea, que el recorte sanitario consiguió sufrimiento, pero no ahorro.
David Stuckler destaca que el daño de los recortes presupuestarios en la sanidad no solo se han producido en Grecia, sino también en España, Italia, Portugal, Reino Unido y otros países que han recortado su gasto en sanidad. “Lo que hemos calculado es que en realidad los recortes perdieron dinero, porque cada euro en gasto sanitario tiene una repercusión en el crecimiento del PIB muy superior a un euro”, ha insistido.
El error de Nueva York
Stuckler ha mencionado como prueba de que los recortes en sanidad son al final costosos el ejemplo de Nueva York, que recortó 100 millones de dólares en la prevención de la tuberculosis y poco después tuvo que gastarse más de 1.000 millones en medicación para frenar un rebrote de la enfermedad.
Un preciso bisturí y no el hacha a placer
Este economista advierte de que los recortes deben basarse en criterios profesionales y no pueden pasar por la mano de un ministro de Hacienda que “en vez del preciso bisturí aplica el hacha a placer”.
Una maniobra interesada de privatización
El especialista de Oxford considera que “detrás de los recortes hay una interesada maniobra de privatización de la sanidad pública española, como ya está sucediendo en la Comunidad de Madrid. De ahí que esos números incómodos para un gobierno que quiere privatizar y aprovechar oportunidades de negocio se olviden”.

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