sábado, 31 de agosto de 2013

EL GOBIERNO REFUERZA SU CONSIGNA DE HACER COMO SI BÁRCENAS NO EXISTIERA

Sin visos de cambios o apariencia de desgaste tras el periodo estival. El presidente está “como siempre, muy tranquilo”, a ojos de un integrante del Consejo de Ministros, el primero tras el parón vacacional. ¿Crisis de Gobierno? “En eso no estamos”, en palabras de Soraya Sáenz de Santa María. Incluso Miguel Arias Cañete desechó que piense en la candidatura europea o andaluza como tanto se ha escrito estos días. Y, por supuesto, ni un solo cambio en la estrategia diseñada por Moncloa, y que en ocasiones tanto ha molestado en círculos populares, para dar respuesta al caso Bárcenas.
Una consigna que pasa, básicamente, por blindar todo lo que se pueda al Ejecutivo ante la presunta trama de corrupción que afecta al partido que le sustenta y que lleva meses perturbando su día a día, amén de que forzó a Mariano Rajoy a dar explicaciones en el Senado. El Gobierno, suelen repetir los fontaneros gubernamentales, “trabaja sin descanso” para sacar a España de la crisis -los datos, dijo este mismo viernes la vicepresidenta, apuntan a la recuperación- mientras los tribunales trabajan sin presión política sobre los casos abiertos, incluido al que afecta al PP.
Así, en su regreso, Sáenz de Santamaría no se saltó una coma de esa línea de acción. Al contrario, fue más escrupulosa si cabe en su cumplimiento estricto. Nada de titulares sobre esta cuestión: “El Gobierno tiene que respetar los procedimientos judiciales abiertos y no valorarlos”, fue la base expuesta por la portavoz de Rajoy en el Ejecutivo. La misma que semana tras semana utilizó antes del mes de agosto para dar portazo a las cuestiones relativas al extesorero popular. Se le preguntó expresamente por el borrado de los discos duros  de los dos ordenadores de Luis Bárcenas“Tampoco podemos entrar a valorar las decisiones de los partidos” cuando “están actuando como empresa”, zanjó. Esto es, “serán los jueces los que tendrán que decidir”.
El presidente demuestra de esta forma que no tiene intención de un cambio brusco. Acudió al Senado, dónde se disculpó por confiar tanto tiempo en Bárcenas -otrora, incluso, su hombre de confianza-, pero los resultados han sido escasos a su favor. Y, con la vuelta a la rutina, intenta de nuevo proteger al gabinete gubernamental. A Sáenz de Santamaría se le repreguntó si cree que el PP está ayudando a la Justicia borrando datos claves de unos ordenadores solicitados por Pablo Ruz: “No puedo añadirle más. No me corresponder a mí valorar procedimientos judiciales”, contestó. Esto es, “los jueces decidirán” y los populares esperan un archivo de la causa.
Mientras, en el PP, algunos cargos observan con cierto malestar esta puesta de perfil. No es nueva la queja, más aún cuando constatan que la vicepresidenta está aguantando mucho mejor la crisis políticas que otros primeros espadas. Es una opinión generalizada. “Todo el mundo habla mejor de ella”, llegó a afirmar un miembro de la dirección nacional. Los populares esperan acontecimientos bajo la máxima de que “algo hay que hacer” mientras Javier Arenas centra todos los comentarios.
Este sábado, el presidente inicia formalmente el curso político con el tradicional mitin de Sotomayor (Pontevedra). Su silencio ha sido sepulcral estas semanas, desde que concediera una breve rueda de prensa tras despachar con el Rey en Palma de Mallorca. En Galicia, “informará de su hoja de ruta” pero “no tiene por qué hablar de Bárcenas”, en voz de uno de sus asesores. Irremediablemente sí tendrá que afrontar el caso el lunes, cuando ha citado el Comité Ejecutivo, del que forman parte los barones regionales.
libertaddigital.com/


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