Autor: José Enrique Centén Martín
11 de septiembre de 2013
Desde 1978 se ha retocado y ampliado
el sistema autonómico para la integración de los nacionalistas, todos los
retoques ha terminado por desfigurar aquellas primigenias propuestas logrando
el desmembramiento del sistema creando diferencias entre unas y otras, como
algunos políticos de ciertas comunidades no dejan de proclamar de vez en
cuando.
Las nacionalidades no es exclusivo de
España, es un problema que ha suscitado controversias y planteamientos largamente
criticados, y solo defendido por aquellos con intereses perversos que confunden
idiosincrasia con el afán de lucro, son unas pocas familias afectas al poder a
las que solo les interesa obtener más beneficios, pero que hábilmente manipulan
los sentimientos y diferencias de grupos supuestamente étnicos, posturas
contestadas por economistas, políticos, catedráticos o periodistas de todo tipo
de tendencias e ideologías a lo largo del tiempo:
Adam Smith (1723-1790), “el
prejuicio y la rivalidad nacionales, siempre agitados por el interés privado de
los hombres de negocios, son en general, los principios que orientan nuestras
opiniones en todos estos asuntos.
Stalin,
“el territorio es una característica inseparable de la nación, pero junto con
otras y no de manera destacada sobre ellas, no existe "ningún rasgo
distintivo único de la nación", sino que ésta es un
conjunto de rasgos, y que en unas naciones destacan unos y en otras otros”.
Trotsky,
“el derecho de las nacionalidades a disponer de sí mismas, separadas de otras
consignas que la concreten, las propias de la democracia política, se convierte
en una fórmula vacía, sin contenido, o lo que es peor, es un modo de engañar a
la ciudadanía, cuando está sometida a los intereses particulares económicos de
los dirigentes autonómicos, que intentan decidir la suerte de ellos por medio
de elecciones antidemocráticas, alimentándolas con cortinas de humo como la
peculiaridad y el idioma propio.
Salvador Giner, “Es
una corriente ideológica, que tiene de reacción neotribal contra el
universalismo y el racionalismo de la Ilustración. Y elemento crucial de todo
fascismo, al afirmar la superioridad natural del pueblo sobre el que se asienta
frente a todos los demás y promueven con agresividad sus supuestos derechos de
dominio y avasallamiento de los otros pueblos o países. A su vez es un
sentimiento fanático y destructor de dominio sobre sus propias minorías
nacionales”.
Ruiz
Soroa, “la anunciada
secesión de Cataluña por un supuesto maltrato del conjunto este nacionalismo,
contiene en su núcleo dogmático un germen profundamente incompatible con la
democracia. Que no por ser pacífico el nacionalismo es congruente con la teoría
y la práctica democrática. El de integración consiste en la existencia de
fuerzas políticas relevantes en ciertas regiones que no quieren formar parte de
ese Estado en ningún caso, porque quieren uno propio. Son dos problemas
distintos y distantes”.
España es un Estado plural y
respetuoso de sus minorías de manera que respeta la diferencia de todas sus
nacionalidades, sin renunciar a la igualdad de derechos ciudadanos de todos sus
habitantes como Estado democrático. Pero hay nacionalidades que desean una
independencia por motivos puramente económicos de la oligarquía financiera de
cada una de ellas
Patxi López del PSOE expresó “no
queremos la independencia porque es un mal negocio para los vascos”, para el
PNV si lo es, se desmarca del discurso de CiU pero reclama más soberanismo,
ambas autonomías no ocultan sus ansias de expansión, lo justifican con
supuestas identidades tras nuestra frontera, pero lo que realmente desean es
como vulgarmente se dice “pillar cacho nacional”, el PNV no oculta anexionarse
Navarra o parte de comunidades limítrofes en Santander, Burgos o la Rioja. En
el caso catalán es aún más paradójico por dos razones, la primera son las
claras intenciones de la oligarquía catalana cuyos representantes de CiU quiere
ampliar sus tentáculos en otras comunidades, como son Aragón, Valencia y
Baleares. Pero de nuevo el subconsciente juega malas pasadas, en este caso
revela la verdadera intencionalidad de esas 400 familias que dominan todo el
espectro político y económico de Cataluña, la muestra es su llamada Vía
Catalana, pretenciosa rememoración de la vías en la Roma Imperial, su verdadera
intención no es la nación catalana sino el Imperio catalán, recrean una vía con
Barcelona como centro (el centralismo que dicen combatir si no es el de ellos)
uniendo sus puntos más lejanos, hasta entrar en Castellón en la Comunidad
Valenciana; pero a la zona pirenaica francesa del Rosellón o algo de Occitania
no se han atrevido. La segunda es la ceguera de la ciudadanía catalana que se
presta a su manipulación sin pensar en esos dirigentes inmersos en una
corrupción generalizada, fueron los precursores del repago farmacéutico, del
cierre de ambulatorios y de las urgencias nocturnas, callan por los recortes a
la Dependencia, niegan la malnutrición de niños en su comunidad, silencian los
recortes en la escuela pública tanto en comedores como en material escolar,
sólo hablan en lo referente a la lengua, y callan por la imposición de la
religión católica como asignatura, pero apoyan al gobierno en la Reforma
laboral para el despido barato, sin crear empleo, a la reformas de las
pensiones en detrimento de sus mayores entre otras muchas cosas, la ceguera les
llevará renegar incluso de sus orígenes, porque ¿cuántos son catalanes de
generación?, y emulando a K. Marx, “en Cataluña la independencia es el opio del
pueblo”.
El apoyo generalizado a esta tendencia
soberanista y manipulada por sus actuales dirigentes están peligrosamente
acercándose al pensador alemán Ratzel (1844-1904)
que en sus obras Antropogeografía (1882-1891) y Geografía
Política (1897) plasmó las claves
fundamentales de los nacionalismos donde establecía la influencia del ambiente
sobre los individuos y las sociedades, y la tendencia de los pueblos a
ensanchar o limitar sus fronteras según sus propias necesidades de espacio
vital (lebensraum), tesis ésta que sirvió de justificación seudocientífica al expansionismo
del régimen nazi alemán.
Bibliografía:
“La riqueza
de las Naciones”, Adam Smith, Ciro Ediciones, 2011, página 103
“La
cuestión Nacional”, Stalin
“La
revolución española”, Trotsky, 2011, en colaboración con la Fundación
Federico Engels, pp. 128/129.
“Hª del
pensamiento social”, Salvador Giner, 12ª edición ampliada: septiembre de
2008, Editorial Ariel, pp. 687, 688
Artículo
sobre federalismo, J.
M. Ruiz Soroa,
El Correo, 30/9/12
“Anthropogeographie” y “Politische Geographie”, Friedrich Ratzel
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