13 de
enero de 2014
Blaise Pascal (1623-1662), dijo “Es justo que lo
justo sea obedecido, es necesario que lo más fuerte sea obedecido. La justicia
sin la fuerza es impotente; la fuerza sin la justicia es tiránica; la justicia
sin fuerza encuentra oposición, porque siempre hay malvados; la fuerza sin la
justicia es indeseada. Hay, pues, que unir la justicia y la fuerza, y conseguir
así que lo justo sea fuerte, y que lo fuerte sea justo”.
Los últimos acontecimientos me hacen tener esperanza,
deseo volver a confiar en la justicia y en quienes la administra, están
apareciendo brotes negros sobre la ciénaga de corruptos y gánsteres de cuello
blanco, esos brotes negros no son otros que los jueces y magistrados de los
últimos tiempos. Algunos les llaman jueces valientes, no lo son, son jueces
conscientes de que la función esencial de ellos es, resolver las
controversias planteadas entre las partes aplicando el Derecho objetivo al
caso concreto. Muchos están hartos de presiones por intereses particulares o
políticos, entraron en la Judicatura para dilucidar y ser justos en la
aplicación de la Ley, independientemente de cualquier ideología o intereses
particulares.
El último caso concreto ha sido, la decisión del Tribunal
Superior de Justicia de Madrid (TSJM), devolviendo el caso de los recursos en
contra de la privatización de seis hospitales de Madrid, a las secciones
originarias. Decisión tomada por la mayoría de los magistrados 30 frente a
14, de un total de 50, las 6 ausencias quiero creer para evitar ser señalados,
en su voto a favor de esa mayoría.
Eran Jueces de todas las tendencias políticas, según
dicen, conservadores y progresistas, una manera más de señalar, ellos igual al
resto de la ciudadanía tienen una posición ante la vida, pero ante todo han
demostrado su independencia, independencia que han visto ultrajada, ante la
suposición en determinados estamentos políticos del supuesto control que
tenían sobre ellos. Casi estaban celebrando la maniobra de un vocal del CGPJ
nombrado recientemente, exalto cargo de la Comunidad de Madrid, casado con una
consejera del mismo partido, al crear la formación de una macrosala para
estudiar dichos recursos, actuación inusitada y dudosamente legal, que parecía
destinada a anular la paralización de las privatizaciones hospitalarias.
No debemos de olvidarnos de los jueces, como Ruz,
Elpidio, Castro, Bermúdez, y muchos otros menos conocidos. Jueces que no
sucumben a presiones, algunos recusados, otros piden traslados para evitarlo o
traslado forzoso como ocurrió con los nueve del caso Fabra. Alguno juzgado
antes que a los delincuentes que investigó, como Garzón, expulsado de la
Judicatura, lo mismo pretenden con Elpidio, presiones de determinado partido
político porque no actúan acorde sus intereses o en defensa de miembros de su
partido implicados en casos de corrupción, blanqueo, prevaricación, memoria
histórica, bebés robados… No solo presionan a Jueces, los tentáculos de los
corruptos también destituyen a la Cúpula de Hacienda, lo hacen con la UDEF, o a
jefes de la Policía en determinados casos.
También utilizan a los Fiscales como abogados defensores,
cuando la labor del Fiscal en cada caso en que actúa es, promover que se cumpla
la ley que determina su intervención. El Ministerio Fiscal vela especialmente
porque se cumpla, con ello hace que se satisfaga el interés social, que es el
interés de todos; por eso, cuando el Fiscal actúa ante los Tribunales no está
representando el interés de una persona concreta, ni a partido político, sino
el de toda la sociedad. El último es de libro, el caso Nóos, el fiscal en
contra y llegando ha recusar la imputación de la hija del Jefe del Estado, pero
tras los 27 folios, que también critican, el fiscal parece que actúa de la mano
de los abogados defensores, ellos no van a recusar, él tampoco, ¿será
coincidencia? No sé cómo llamarle por temor a ser imputado.
Hasta ahora parece que los brotes negros se multiplican,
quedan por aparecer esos brotes en las instancias superiores, AN, TS, TC,
evitando indultos sospechosos, sobreseimientos…
¿No sería mejor que la Judicatura revisase el Código
Penal?, son los expertos, que propongan revisiones y Leyes acorde a los tiempos
actuales, que los delitos sean diferentes según quien lo realicen, los
representantes políticos o funcionarios que malversan fondos públicos deben ser
tratados de forma más contundente, por menospreciar la confianza depositada con
los votos a los que representan o deben servir.
En definitiva alcanzar el ideal de Blaise Pascal, una
Justicia, Fuerte, Justa e Independiente.
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