José Enrique Centén Martín
12 de julio de 2014
Las declaraciones de
ciertos partidos políticos ante un cartel donde aparecen conocidas firmas, sean
supermercados, constructoras…, o son ilegales o es el cinismo de la
corrupción, no lo hacen ante un cartel neutro o del propio partido, lo hacen
ante algunas firmas que figuran en la trama Gürtel y en los papeles de Bárcenas
por aportaciones dinerarias a cambio de favores, ¿han creado una nueva
modalidad de financiación ilegal? ¿Pagarán por aparecer cuando hacen
declaraciones determinados políticos?, nadie investiga si es una nueva variedad
de financiación ilegal esa publicidad directa detrás de un líder o partido
político.
La financiación ilegal
sigue sin ser verdaderamente castigada, no hay ningún dirigente político
encarcelado por los desvíos de fondos públicos, recordemos que Bárcenas está en
la cárcel por robar al PP parte de la ya corroborada financiación ilegal, y
encarcelado por delito fiscal de su fortuna, sin condenar el origen de esa
ella, ni a responsables superiores, seguros conocedores de la caja donde metió
mano y verdaderos instigadores, no hay que olvidar que el detenido es el
contable, el no pedía, contabilizaba él Debe y Haber , ingreso y reparto.
La financiación ilegal de
los partidos políticos ha servido para el enriquecimiento particular de ciertos
políticos mediante sobres o ingresos en paraísos fiscales sin acceso por su
opacidad. Pero lo triste es que la mayoría de la población y por supuesto la
“supuesta justicia”, ven pero no quieren ver, que dicha financiación es
producto del sobrecoste en las inversiones públicas que pagamos con nuestros
impuestos. También es financiación ilegal los fondos de jubilación para
diputados y eurodiputados, con un solo dimitido, el resto calla, dejando pasar
el tiempo como el gallego de la Moncloa, ningún partido entra como acusación
particular denunciando dicha utilización de fondos públicos, lo que corrobora
la definición de Montesquieu, que culminaron Tocqueville y Marx, según la cual
“el estado es una institución política y administrativa particular, que no solo
no se identifica con toda la sociedad sino que tampoco agota la vida política.
Lo político existe en el ámbito estatal pero también penetra en otros ámbitos
-como la sociedad civil- en los que la autoridad, el poder, los honores y la
influencia también entran en el juego” 1. La corrupción,
ese mal endémico donde se han acomodado la mayoría de nuestros políticos
amparados por el aforamiento, lacra propia dictaduras anteriores y actuales.
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