jueves, 25 de septiembre de 2014

¿CÓMO FIRMÓ EL REY EL CESE DE GALLARDÓN?

Zarzuela habla de "medios telemáticos habituales" que no aclara y que Moncloa desconoce. Si Felipe VI pudo refrendar la renuncia del ministro de Justicia, ¿por qué no firmó el nombramiento del sucesor?
PAULA DÍAZ Madrid 25/09/2014 00:01
El rey Felipe VI con el dimitido ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, en el acto de apertura del año judicial.EFE
Que el rey sancionara o no un determinado nombramiento podía convertirse, hace no demasiados años, en un problema de Estado si existían dudas razonables sobre la veracidad de su firma. Ahora, en la era 2.0, la tecnología ha permitido facilitar estos procesos y que las rúbricas viajen de un país a otro en cuestión de segundos. Pero, ¿cómo firmó Felipe VI el decreto de cese de Alberto Ruiz-Gallardón desde Nueva York?
El procedimiento más legal y acorde al ordenamiento es la firma electrónica. Pero, según fuentes de Zarzuela, éste no fue el método utilizado por Felipe. Es más, ni siquiera confirman ni desmienten si el monarca dispone de la clave necesaria para ello. Sí explican, en cambio, que el rey estampó su rúbrica "en un papel físico", en suelo español (en la Misión Permanente de España ante las Naciones Unidas) y luego la transmitió a Moncloa "a través de los canales habituales". ¿Cuales? "La telemática homologada habilitada". A esas tres palabras se remiten, sin especificar detalle alguno. 
De las posibles opciones que abre tal afirmación (desde el escaneo del documento al uso de los servicios telegráficos del Estado), el fax, por ejemplo no tendría validez para un cese, según defienden expertos jurídicos consultados por este diario. Y, de ser así, ese pequeño detalle podría llegar a convertirse en una gran crisis, como ocurrió en 1992.
En aquel año, el rey Juan Carlos desapareció del mapa público, misteriosamente y por sorpresa, durante unos días que, según se supo más tarde, pasó en Suiza. Al margen de los motivos del viaje (la prensa barajó varias posibilidades, desde un problema de salud a unas simples vacaciones de Rodríguez), la polémica se creó cuando apareció una ley firmada por él en Madrid justo en las fechas en las que se suponía que estaba fuera. Juan Carlos no corría peligro, puesto que estaba blindado por la Constitución, pero al presunto delito de falsificación de documento público le correspondía, en el Código Penal, una pena de entre 6 y 12 años de prisión mayor, según informaron los medios de entonces.
Hoy, tanto en Zarzuela como en Moncloa aseguran que el Real Decreto por el que se confirma la renuncia del exministro de Justicia [ver pdf, aquí] se realizó con "un procedimiento válido". Pero en ninguna de las dos instituciones han podido especificar, al cierre de esta información, de qué se trata exactamente. En Zarzuela se remiten a la citada "telemática homologada". Y en Moncloa se remiten a Zarzuela.
Las citadas fuentes insisten en que no se trata de una situación excepcional, sino que el desconocido procedimiento se llevaba a cabo ya en tiempos de Juan Carlos, incluso aunque éste se encontrara en España. Incluso, aunque estuviera en Madrid. "No necesariamente tiene que venir a Palacio [el presidente del Gobierno, Mariano] Rajoy con una carpeta para que el rey firme", aseguran. E intentan explicar el proceso completo: Rajoy llama a Felipe VI para "comunicarle" el nombre del sucesor de Gallardón, Moncloa envía el documento correspondiente a la Casa del Rey, el rey acude al pequeño terreno español de Nueva York y allí emite su "firma validada". 
Además de la incógnita que planea alrededor de esa "firma validada", las citadas fuentes jurídicas aseguran que Moncloa también cometió un error en la redacción del comunicado que envió anunciando el nombramiento de Rafael Catalá. "Como es preceptivo, el presidente del Gobierno acaba de comunicar a S.M. el Rey Don Felipe VI el nombre del nuevo ministro de Justicia, Rafael Catalá Polo, quien tomará posesión de su cargo la próxima semana, cuando hayan concluido los viajes de S.M. el Rey y del presidente del Gobierno", cita textualmente la nota de la Secretaría de Estado de Comunicación. "La comunicación del nombre no es preceptiva", replica un experto, "lo preceptivo es la formulación de la propuesta de nombramiento", especifica.
Detalles a un lado, otra duda planea sobre la aprobación exprés del cese de Gallardón y del decreto por el que la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, asume sus funciones hasta que Catalá tome posesión, en "cinco días", tal y como ella misma cifró este miércoles en el Congreso. Si tanto urgía al Gobierno hacer oficial el cese del ministro, ¿por qué no envió también a Nueva York el documento necesario para que el nuevo titular de Justicia quedara oficialmente nombrado cuando lo habitual es que un cese sea sucedido por un nombramiento?.
Fuentes de Moncloa restan importancia a esta cuestión. Alegan que, como Catalá no puede ejercer las funciones propias de su futura cartera hasta que haya jurado el cargo en Zarzuela, nombrarle antes o después no cambia nada. Es decir, que no habrían podido evitar el fiasco por el que la titular de Empleo, Fátima Báñez, se vio obligada ayer a responder a una interpelación sobre la ley del aborto en la Cámara baja
Ahora bien, un nombramiento es vigente cuando el decreto sale publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE). Y se han dado muchos casos de ceremonias de tomas de posesión posteriores al propio nombramiento, por cuestiones de agenda. ¿Cuál es la razón de este trato diferente?
Dentro de todo este conflicto se da otra situación curiosa más. Y es que ni en Zarzuela ni en Moncloa han podido aclarar si Soraya Sáenz de Santamaría podrá actuar, en la toma de posesión de Catalá, como notaria mayor del Reino —título que ostenta en estos actos el ministro de Justicia—. Aunque se supone que la vicepresidenta ha asumido "el despacho ordinario de los asuntos correspondientes al titular del citado Departamento", según el BOE [ver pdf, aquí], cuando cesa un equipo de Gobierno al completo y se nombra otro es el Director General de los Registros y del Notariado (Joaquín José Rodríguez Hernández, en este caso) quien ejerce dicha función. Sobre quién recaerá la próxima semana esa responsabilidad es, a día de hoy, otro misterio...

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