viernes, 10 de octubre de 2014

EL CORONEL MARTÍNEZ INGLÉS DICE QUE EL GOBIERNO ESPAÑOL "HA NACIONALIZADO EL ÉBOLA"


Tras dos intentos y un coste de 400.000 euros
Viernes, 10 de octubre de 2014
CORONEL AMADEO MARTÍNEZ INGLÉS / CANARIAS-SEMANAL.ORG.-   

Sí, sí, amigos, esta panda de ineptos que nos gobiernan (es un decir) capitaneados por el cacique gallego, señor Rajoy, y con la “tontorrona del Jaguar”, la Mato ésa (que nos va a matar a todos como esto siga así) de ejecutiva máxima para tratar de frenar con su elocuente verbo el ataque NBQ (de momento solo “B”, biológico) que nos ha llegado de África como consecuencia de su propia estupidez, tras dos intentos consecutivos, tras gastarse casi medio millón de euros en las demenciales operaciones de “repatriación patriótica” que todos conocemos y que afectaron a dos  enfermos terminales infectados de ébola para cuya hipotética curación la Sanidad española ni tenía medios, ni experiencia ni, por supuesto, tratamiento específico adecuado; tras poner en grave riesgo de contagio (o sea de muerte) a numerosos profesionales de las Fuerzas Armadas y de los distintos establecimientos hospitalarios inmersos a la fuerza en tan alocada aventura; y tras generar en millones de españoles, además del riesgo cierto de contraer tan peligrosa enfermedad, el recelo, la incomprensión, el miedo, el rechazo o, por lo menos, la duda de que aquella manifiesta irresponsabilidad nacional de nuestros gobernantes iba a poder salvar la vida de unos sufridos misioneros que, por los escasos datos que se tenían, estaban en una situación desesperada en cuanto a su salud… ha conseguido por fin que España sea el primer país del mundo en tener a  disposición de todos sus ciudadanos (y de los de fuera si algún otro alocado Gobierno como el nuestro lo solicita) un auténtico virus del ébola “made in Spain”, autóctono, viajero, europeo, democrático, sin papeles y, según lo poco que conocemos de él a día de hoy, parece ser que con igual mala leche genética que el africano.     
        ¡Basta ya, españolitos de a pie, de acojonarnos un día sí y otro también a cuenta de un siniestro y maléfico agente vírico salido de las entrañas de Satanás y que lleva años (con virulencia extrema en los últimos meses en los que ha matado a casi cuatro mil personas) sembrando el terror en el África profunda! ¡España, la nueva España, la marca España, la renacida España de la riqueza y el bienestar del recortador/salvador Rajoy y su mariachi gobernante del PP, debía tener, y por fin lo ha conseguido gracias a su tenacidad, su esfuerzo y la estulticia supina de su Ejecutivo, su particular enemigo biológico, su virus letal fabricado en esta tierra de conquistadores y luchadores por el propio pueblo español, por sus hombres y sus mujeres, sin injerencias extrañas de allende nuestras fronteras. Con el que poder medirse hasta la victoria final, cara a cara, de tú a tú, conociéndole de cerca, con todas sus fuerzas, en defensa de su integridad sanitaria nacional como pueblo soberano y, caiga quien caiga. Estando en disposición, además, y a idénticos fines, de ponerlo al servicio de la UE, de USA, de los nuevos países emergentes e, incluso, bajo petición y con sumo gusto, al del EI (Estado Islámico) a ver si esa lagartija microscópica que vemos en la tele se les sube a las barbas y a los turbantes a esos justicieros de la navaja.
         Perdón, amigos, ciudadanos españoles de a pie, estimados compatriotas a los que en estos momentos no os llega la camisa al cuerpo huyendo de cualquier bata blanca o de color quirúrgico, evitando darle la mano al más saludable de vuestros vecinos y dejando para más adelante la visita al galeno para tratar de doblegar ese espantoso dolor artrósico en la espalda que os tortura a diario, especialmente por las mañanas… ya sé que este desgraciado evento del contagio por ébola en la persona de una modesta profesional de la Sanidad pública española que solo cumplía con su deber, no puede, no debe ser, motivo alguno de chanza, broma o ironía ya que es, y puede serlo mucho más en el futuro cercano, un problema nacional, europeo e, incluso, global, estando ya nuestro país en estos momentos en las cabeceras de todos los periódicos, telediarios y radios del mundo entero. Y no precisamente por su buen hacer y por la acreditada responsabilidad de su Gobierno. Pero es tal mi cabreo personal (que crece por momentos al compás de los errores e irresponsabilidades que vamos conociendo por parte de los gestores gubernamentales de esta crisis sanitaria importada por un Ejecutivo torpe, inepto y prepotente), mi enfado, mi repelús emocional ante una decisión en principio equívoca e inconveniente que con el paso de las horas se está convirtiendo en delictiva, en un ilícito penal que puede generar muchos años de cárcel para sus promotores al poner en serio peligro la salud y la vida de millones de españoles,  que ese malestar personal casi insufrible ha acabado estallando por las costuras del humor negro y la ironía despiadada ¡Qué le vamos a hacer! Perdón y paciencia, amigos, porque, con un poco más de seriedad, voy a seguir analizando desde mi particular punto de vista una de las decisiones más graves y rechazables que haya podido cometer Gobierno español alguno en los últimos cuarenta años. 
        Pero será en formato breve, muy breve, porque si no vamos a acabar todos aquí, además de tontos y cobardicas con dodotis, con la cabeza hecha un lío. Desde luego está sumamente claro a estas alturas (y bastantes profesionales de la medicina y la enfermería ya lo dijeron desde el minuto uno, desde el mismo momento en el que el Gobierno del insensato Rajoy dijo que se traía para acá a los dos sufridos misioneros españoles, uno detrás del otro) que nunca, nunca, se debieron realizar semejantes traslados a la península ibérica ¿Pero es que el Gobierno de este país no tiene asesores, estrategas, técnicos en Planificación operativa, profesionales de la medicina de alto nivel e incluso militares especializados en guerra NBQ que debieron ser consultados antes de tomar tan arriesgada decisión dada la inexperiencia de España en el control, tratamiento y erradicación de agentes víricos de estas características? Recuerdo al respecto que comentando a nivel personal semejante decisión con compañeros con mucha experiencia vital (con muchos años a cuestas, vamos), no expertos precisamente en medicina pero sí en planificación estratégica y logística, acabamos todos echándonos las manos a la cabeza. Alguno hasta llegó a comentar con sorna que no había conocido decisión gubernamental de alto nivel tan equivocada, arriesgada y con el 100% de probabilidades de acabar en tragedia, desde que Hitler invadió la Unión Soviética en la II GM. 
         Y es que, además, existían otras soluciones más acordes con la realidad del momento, mucho menos comprometidas y al alcance de la mano del Gobierno, dejando convenientemente cubiertos los frentes patrióticos y humanitarios de las mismas. Como por ejemplo, el enviar a la zona una unidad de las Fuerzas Armadas españolas especializada en la guerra ya mencionada NBQ (Nuclear, Biológica, Química), que podría haber montado un pequeño hospital de campaña (como ha hecho recientemente la Cruz Roja que atiende en estos momentos a 60 infectados con plena profesionalidad) y que dispone de modestos pero eficientes y bien contrastados medios de prevención y lucha contra todo tipo de agentes biológicos (conocidos y en fase de creación y almacenamiento) susceptibles de ser empleados en este sofisticado e insidioso tipo de guerra.
     Todo, ésta y otras soluciones alternativas que existían igualmente, antes de cometer el tremendo error, la insensata decisión de traer a casa a los dos infectados (con patologías suplementarias que hacían prácticamente imposible su curación), careciendo de los medios, las instalaciones, los profesionales y las medicinas necesarias para combatir con éxito su letal enfermedad. Sobre todo en la segunda ocasión, en la que una vez en España el enfermo, después de un alienante viaje de ocho horas en un lento avión C-130 del Ejército del Aire, los propios responsables de la Sanidad española reconocieron públicamente que el único suero experimental made in USA que podía salvarle estaba agotado a nivel mundial. Entonces ¿Para qué lo trajeron? ¿Para suministrarle aspirinas y antidiarreicos? Un despropósito todo, amigos. Esperemos (en estos momentos ya lo estarán haciendo los beatos y beatas del PP, ministros y ministras incluidos) que la virgen o el apóstol Santiago salven una vez más a este arruinado (por la corrupción más bien) pueblo español.
                                   Fdo: Amadeo Martínez Inglés.
                                Coronel. Escritor. Historiador.

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