José Enrique
Centén Martín
6 de noviembre
de 2014
Se desgarra mi corazón con los últimos
acontecimientos, yo como tantos miles que sufrimos la dictadura, nos alegramos
y disgustamos por la muerte del dictador, alegría por su óbito, pero no por la
forma, se adelantó y no logramos verle en el banquillo de un tribunal. Vivimos
la Transición, hoy nos hemos dado cuenta que no la hubo, fue un apaño,
participaron los que gobernaron anteriormente, se sumó el PSOE que nunca hizo
nada en cuarenta años, salvo contadas personas, al igual que los
nacionalistas, y el PCE que fue el único dando la cara en ese tiempo, pero
legitimó la Transición con su condescendencia y apoyo, a saber a qué precio,
todo saldrá. Faltaron otros partidos, que con su colaboración se podría haber
realizado una Transición real, ya que todos querían Democracia y Libertad.
Ha pasado el mismo tiempo de la
Transición (1978-2014), que de Dictadura (1939-1975), es necesario un cambio,
durante este segundo periodo de treinta y seis años, hemos visto que los mismos
defectos han aflorado, salvo los paseíllos, me avergüenzo de los partidos por
sus corruptelas, y como sindicalista, de ciertos dirigentes sindicales que
también han ponzoñado el sindicalismo, ese por el que tantos sindicalistas
sufrieron cárcel, siguieron o siguen en la brecha sindical y a los que nunca se
les ocurriría traicionar a los suyos.
Harta la ciudadanía de dirigentes
apoltronados en los Partidos Políticos, en el Congreso, en los Sindicatos, les
mostró la espalda aquel 15 de mayo del 2011, surgiendo mareas de descontentos,
fue el brote de Podemos y su consecuencia se vio tres años después, un 25 de
mayo, siendo blanco de todo tipo de ataques, incluso de los que se dicen de
izquierda, otros llegan a decir que Podemos será la ruina de España, que
destruirán una democracia consolidada, me cago en esta consolidada corrupción,
cuando la insultan llamándola democracia. Necesitamos una bocanada de aire
fresco y Podemos nos la está insuflando, lo definiría como un soplo
progresista, si, Podemos tiene un ideario que choca por inalcanzable, todos
sabemos que gobernar es difícil, pero, hay que pedir lo imposible para alcanzar
lo necesario, porque peor no nos puede ir.
Y ante el gran apoyo que le está otorgando la opinión
pública, mucho me temo que antes de acabar la legislatura y viendo el cariz que
está tomando la corrupción, este supuesto partido demócrata que nos gobierna
viendo su próximo debacle en las urnas, así como su ineptitud en gobernar para
los ciudadanos, pues hasta ahora solo lo ha hecho para la banca, amigos y
financieros. Sin un ápice de mejora para el ciudadano en las malas condiciones
en que se encontraban en noviembre del 2011, que llegaron al poder absoluto por
conseguir los votos de millones de ciudadanos creyendo el mensaje de mejora en
su programa. Este partido viendo la debacle electoral que se les avecina, será
capaz de indultar a todos los corruptos, una medida de gracia al igual que
hacía el dictador o cuando entronaron a Juan Carlos, y como Felipe aún no la ha
ejercido por su puesta en escena, tal vez lo haga, y casi seguro que con el
beneplácito y aplauso de algunos partidos políticos actuales, esos que se
autoproclaman demócratas, alabando la sabiduría y su sentido de Estado,
considerándola como “borrón y cuenta nueva”.
Por eso lloro y, como en la canción de Juan Antonio Álvarez Cantos, también expreso ese lamento:
en mi soledad suspiro por ti/España sin ti me muero/España, sol y lucero/muy
dentro de mi te llevo escondida.
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