(por Paco Tena)
20 DE JUNIO DE 2015
Los
pajarracos gobernantes han tenido cuatro años para criminalizar todas las
acciones que les molestan y que, en conjunto, han supuesto un cierto freno a su
inmenso poder absoluto. Frenar no significar invalidar, sobre todo porque
detrás tienen un inmenso poder económico, a quien en realidad representan,
gestionan y dan cuenta de sus planes a largo plazo.
Somos
“delincuentes sociales” y ahora van a utilizar todas sus baterías para derruir
los débiles puentes de nuestra frágil representatividad, delegada en fuerzas
políticas poco organizadas en una deseable coordinación ideológica. A la
derecha le trae sin cuidado unos cometarios en redes sociales, al calor de una
dudoso humor negro (por cierto, no muy alejado de unos dibujos de Mahoma que
tanto irritaron a un sector religioso anclado en el siglo VII, y que concitaron
nuestra simpatía solidaria) y realizados ¡hace cuatro años! pero que ahora
interesaba oportunamente magnificar. ¿No resulta sospechoso que casi todos los
medios de comunicación hayan caído en la trampa de una orquestación de acoso y derribo
a las 24 horas de unos resultados electorales adversos para la derecha? De
inmediato también se han acordado que una joven electa protagonizó una mínima
revuelta estudiantil, también hace algún tiempo, reivindicando la salida del
campus universitario de la Complutense de una capilla que nada pinta allí,
cuando a esa misma Universidad se la ha ahogado a base de recortes
presupuestarios desproporcionados.
Pero
por desgracia para unos juicios de valor mínimamente justos esa jauría de
inquisidores extemporáneos no recuerdan ahora que personajes en pleno ejercicio
de responsabilidades políticas, no como ciudadanos rasos y sin representación
cuando ocurrieron esos hechos, de justa rebeldía por la presencia indeseable de
la iglesia en campus o comentarios jocosos aunque muy poco defendibles, han
mantenido una actitud chulesca y ofensiva. Los dirigentes del PP emitieron esas
ofensivas palabras para con las víctimas de la dictadura con total impunidad y
nunca supusieron siquiera una disculpa ni una simple justificación, que si
existió fue de compromiso y con la boca pequeña.
Lo
más grave de todo es que esta polvareda interesada cuenta con un enjambre de
corifeos vociferantes en todos los medios de comunicación, y todo apunta a que
esta estrategia de acoso y derribo va a ser la tónica de este panorama político
hasta que los compañeros de esa señora, de sonrisa de reptil y ademanes de
chulapona verdulera, consigan amortizar los sobres en negro para hacerse con
nuevas mayorías. Para ello no dudarán en sacar punta hasta de las notas de
prensa estudiantiles del último concejal de izquierdas o asimilado. Atentos a
las mociones de censura que ya están preparando apelando a peinados
pretendidamente ofensivos o algún gesto equívoco. Cuentan con fondos infinitos
para ello.
No hay comentarios:
Publicar un comentario